¡SI! - ¡LEN! - ¡CIO!
Silencio : carta de Carl Jung.
A Karl Oftinger
En el silencio, el ansia impulsaría a la gente a reflexionar, y no se puede pensar que le pasaría a la conciencia. La mayoría de las personas le tienen miedo al silencio, razón por la cual cuando disminuye el ruido continuo, por ejemplo de una conversación, siempre hay que hacer, decir, silbar, cantar, toser o murmurar algo. La necesidad de ruido es casi insaciable aún cuando por momentos el alboroto nos parezca intolerable. De todos modos, siempre es mejor que nada. En lo que denominamos significativamente "silencio de tumba" nos sentimos incómodos. ¿Por qué?. ¿En él habrá fantasmas quizá?. No creo. Lo que tememos es lo que podría provenir de nuestra interioridad, y de eso precisamente tratamos de mantenernos alejados con el ruido.
Zurich, septiembre de 1952.
A Karl Oftinger
En el silencio, el ansia impulsaría a la gente a reflexionar, y no se puede pensar que le pasaría a la conciencia. La mayoría de las personas le tienen miedo al silencio, razón por la cual cuando disminuye el ruido continuo, por ejemplo de una conversación, siempre hay que hacer, decir, silbar, cantar, toser o murmurar algo. La necesidad de ruido es casi insaciable aún cuando por momentos el alboroto nos parezca intolerable. De todos modos, siempre es mejor que nada. En lo que denominamos significativamente "silencio de tumba" nos sentimos incómodos. ¿Por qué?. ¿En él habrá fantasmas quizá?. No creo. Lo que tememos es lo que podría provenir de nuestra interioridad, y de eso precisamente tratamos de mantenernos alejados con el ruido.
Zurich, septiembre de 1952.
3 comentarios:
ahora hay que silenciar a los fanatsmas...
entonces.
Sí, eso. Hay que matar a todos los fantasmas.
Mejor sacarlos para afuera, decodificarlos en hojas, aveces inconcientes.
Publicar un comentario